31.12.14
Dos mil catorce / Fin
Tengan ustedes una noche antológica, una noche sublime, una a salvo de la pesadumbre, una con colmo de júbilo, una festiva hasta el desmayo, una que no deseen que acabe, pero no caigan en el error de olvidar el mañana gris, el día con todas sus luces, el año que entra con su vértigo y con su fiebre. Hoy, no obstante, desfóndense. Sean felices sin otro dios que les guíe. Miguel Brieva, el autor de la imagen que traigo todos los años, en esta fecha, a mi blog, se lo dice muy claro. El texto no cambia. Los últimos años entran a trompicones, amenazando con llevarse todo por delante. Así que hoy, si pueden, bailen.
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2 comentarios:
Un hilo de esperanza tras la puerta entornada, un mar bravío de fondo y nosotros en medio de la nada. Saludos.
Ya se sabe lo que se dice del baile, que hasta jodido bailas.
Qué concepto tan relativo ese el de la felicidad.
¡Feliz año!, según lo sienta cada cual.
Fuerte abrazo.
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