Es una foto indiscreta y nada más hacerla me prometí no volver a meterme en la vida privada de los demás tan frívolamente, aunque sean dos gatos en la intimidad de los patios vecinales que se ven desde mi dormitorio. La gata me mira con más perplejidad que yo a ella. Hay vidas secretas en los tejados, vidas irrelevantes que de pronto adquieren una dimensión épica y siempre hay alguien sin pudor que registra el milagro y luego lo pregona por ahí. Torpemente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Palabra
No hay modo de saber si uno está muy cerca de Dios o no lo está en absoluto, si ni siquiera tener un buen corazón hará que seamos buenos o...
-
A elegir, si hubiera que tomar uno, mi color sería el rojo, no habría manera de explicar por qué se descartó el azul o el negro o el r...
-
Almodóvar c arece de pudor. Hitchcock tampoco era amigo de la contención. Cronemberg ignora la mesura y se arriesga continuamen...
-
E n ocasiones, cuando se ponía sentimental, mi padre me concedía una parte suya que no era la acostumbrada. Abría el corazón, mostrab...
No hay comentarios:
Publicar un comentario