6.10.08

El relativismo 1.0

El Roto


Quien siga con atención esta bitácora personal entenderá que haya noticias que no sé dejar pasar. La de hoy reclama atención, aunque sea breve: "El Papa advierte de que Dios castigará a los pueblos ateos". Y lo primero que me ha venido a la cabeza es si a estas alturas de la Historia existen pueblos manifiestamente ateos. Porque yo pensaba, hasta hoy, que los ateos eran individuos. Gente sencilla, en su fondo díscolo y heterodoxo: gente de la calle como el charcutero del barrio o el profesor de Filosofía que tuvimos en COU. Incluso hay organizaciones, federaciones, congregaciones al modo en que los cristianos también se reúnen y se refocilan en sus textos divinos y en sus plegarias en comunidades, seminarios o foros. Así que pensé que la noticia estaba mal construída o que el Papa, al que le atribuyo la inteligencia de la que yo carezco, mayormente por edad y por contacto libresco, ha sido tergiversado por alguna de esas agencias de información que mueven los hilos de la realidad. Mi incertidumbre ha durado lo que he tardado en encontrar decenas de referencias en la Red.
La proclama ha sido pronunciada en la solemne apertura del sínodo de los obispos en la basílica romana de San Pablo Extramuros. Como a mí esos sitios de monumentalidad incustionable me producen azoramiento y un pudor místico que me escala el pecho y hace que zozobre mi alma, no soy capaz de someter la revelación papal al rudo mecanismo de la razón, pero igual un día me armo de valor y me arrepiento de esta apatía de martes, borro el pudor del gesto y escribo lo que me pide el cuerpo. Que a veces apetece poner a parir el salto sináptico.
Igual hasta conviene hacer oídos sordos a esta furibundia vaticana. Creo que yo que Dios, allá en su arco de prodigios, atrincherado en la perfección, ajeno a las cuitas de los hombres, se prestaría con más empeño a otros menesteres de su oficio que no a castigar a quien le ignora. Pero todavía no he leído suficiente prosa teológica para entender el alcance del aserto.


9 comentarios:

Anónimo dijo...

Si Dios no existiera no podría nombrarlo, de la misma forma que no podemos nombrar a esa especie de bacteria que vive en un asteroide en un sistema de una galaxia.... No podemos nombrarla porque desconocemos su existencia; sin embargo nombramos a Dios, luego reconocemos que es, existe. Por otra parte,si te preocupan los comentarios del Papa, los buscs en la red, los comentas, hay viñetas al respecto y todos de una forma u otra los conocen y opinan... será por algo. ¿A que no hemos comentado el último discurso del imán, lama o monje budista de turno? En el fondo, todos somos hijos de la Iglesia del Señor.

Anónimo dijo...

No se puede estar en contra de tu argumento, pero es un argumento lingüístico, construído en el lenguaje. Dios, de hecho, es una metáfora de algo que no conocemos. Nombramos a Dios y al nombrarlo, existe. Sólo ahí, pero seguimos en el campo del lenguaje, en ese territorio. No me preocupan los comentarios del Papa. O no al menos ésos únicamente. Sí he comentado felonías de imanes, sí he escrito sobre la religión como distraimiento, y no sólo la religión cristiana, que es la que conozco.Todos somos hijos de Dios, de palabra, al menos. Saludos afectuosos.

Anónimo dijo...

Existe Dios porque existe el hombre. Y no al revés. El escrito de Emilio es, en su ironía, atinado porque recapacita sobre lo absurdo de las veneraciones a las que dedicamos tanto tiempo y tanto esfuerzo. Sean imanes o sean obispos. Yo creo que es lo mismo y que todos los credos son repudiables. Repudiables. Escandalosos. Inútiles. Y da igual el color del manto o la letra de sus rezos. Así lo pienso. Saludos "ag´nosticos"

Anónimo dijo...

Hombre, las veneraciones siempre son absurdas, no hay cosa que joda más que tenerlas después de follar.. y todo por no usar preservativo.

Anónimo dijo...

Clint, iba en serio, pero veo que tú no has ido en serio en ninguna de las dos entradas que has hecho. Mala suerte.

( Que no
te despiste mi nombre de blog)

Anónimo dijo...

Uy qué miedo, mamá, que viene el hombre malo y me da con el báculo. Jeje.

Anónimo dijo...

Uy qué miedo, mamá, que viene el hombre malo y me da con el báculo. Jeje.

Emilio Calvo de Mora dijo...

Definitivamente, a lo visto, Dios es un reclamo bueno para las discusiones blogueras. Estamos como siempre. Donde antes.

Anónimo dijo...

"Jartura" divina, hombres de Dios, qué cosas tenéis, dejad ya al Santísimo quietecito en su Sillón Celestial. Que lo mareáis. Que está ya el hombre mayoooooooorcito. Qué pesados.

Emilio, lo del papa, más razón que un Santo.
Jiji jojo juju

Un aforismo antes del almuerzo

 Leve tumulto el de la sangre, aunque dure una vida entera su tráfago invisible.