Hay pocas fotografías en las que Oscar Peterson exhibiera un gesto adusto o de circunstancias. Solía sonreir y apreciaba uno, en esa cara de buena persona, que lo hacía con convicción. Sufrió la diáspora de muchos músicos de jazz que acaban su periplo en tierras europeas. A una edad prudente para dejar esta tierra bárbara, nos ha dejado no sin contribuir a que lo sea menos. Su música, su piano elegante (comercial, a decir de algunos muy puristas) ha escrito páginas memorables en la historia de los genios del siglo XX. Él fue uno.
28.12.07
Oscar Peterson, in memoriam
Hay pocas fotografías en las que Oscar Peterson exhibiera un gesto adusto o de circunstancias. Solía sonreir y apreciaba uno, en esa cara de buena persona, que lo hacía con convicción. Sufrió la diáspora de muchos músicos de jazz que acaban su periplo en tierras europeas. A una edad prudente para dejar esta tierra bárbara, nos ha dejado no sin contribuir a que lo sea menos. Su música, su piano elegante (comercial, a decir de algunos muy puristas) ha escrito páginas memorables en la historia de los genios del siglo XX. Él fue uno.
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